Superar el bipartidismo con una nueva democracia
Ricardo Romero
Polit贸logo UBA/UNSAM
Red Socialista Alfredo Palacios
Corriente Unidad Socialista
La crisis del sistema representativo provoc贸 la desestructuraci贸n de un esquema institucional pensado para un bipartidismo presidencialista, generando la desestructuraci贸n de los partidos pol铆ticos tradicionales (UCR y PJ) y una fragmentaci贸n casi personalista de las configuraciones pol铆ticas. De este modo, pasamos de un sistema mayoritario con fuerte peso del ejecutivo, a un gobierno condicionado por el congreso, pero con la ausencia de los instrumentos que tiene el parlamentarismo para consolidar el poder pol铆tic, lo que provoca inestabilidad y volatilidad pol铆tica.
Sin duda, es necesario pensar una reforma pol铆tica que permita consolidar la gobernabilidad democr谩tica y afianzar la relaci贸n con la ciudadan铆a, por eso debemos tratar de superar el presidencialismo bipartidista y no aumentar las condiciones para lograr representaci贸n, por que con esto restingimos las posibilidades de elecci贸n y b煤squedas de acuerdos program谩ticos. Debemos generar una nueva democracia donde el punto central no es c贸mo elegir, sino en convertir en mandatarios a nuestra representaci贸n.
Salir de los esquemas burocr谩ticos y clientelares de los grandes partidos, hacia un proceso din谩mico de involucramiento ciudadano, resulta imperioso, por lo que necesitamos abrir los espacios de acceso a la representaci贸n, propiciando nuevas figuras y procesos amplios, transparentes y flexibles de elecci贸n.
Contrario al bipartidismo, necesitamos propiciar la diversidad de ideas, para ampliar la identificaci贸n pol铆tica con nuestros parlamentarios y generar mecanismos de acuerdos institucionales que permitan funcionar al poder ejecutivo, llevando nuestro presidencialismo hacia un esquema de coalici贸n, que obligar谩 a contemplar acuerdos m谩s all谩 de una tiran铆a de mayor铆a, y abrir el campo para la contenci贸n de alianzas con expresiones pol铆ticas alternativas, obligando a garantizar los compromisos program谩ticos asumidos, algo que le falt贸 al esquema de transversalidad y concertaci贸n.
Pero con esto no alcanza. Una nueva democracia necesita recompender el sentido mismo del gobierno del pueblo, donde la voluntad popular no se agota en el sufragio, sino que es necesario fortalecer la representaci贸n con los mecanismos de participaci贸n. Poner en funcionamiento los instrumentos de democracia directa con los que cuenta nuestra constituci贸n resultan un paso necesario para garantizar nuestra representaci贸n pol铆tica.
A dos siglos de la Revoluci贸n de Mayo, vale la pena recuperar las ideas de Mariano Moreno, quien nos dec铆a: “…es conveniente que los pueblos aprendan por si mismos lo que es debido a us intereses y derechos (…) pero deben aspirar a que nuncan puedan obrar mal…”, quiz谩s la celebraci贸n del Bicentenario nos inspire a alcanzar ese legado.
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