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jueves, 14 de mayo de 2009

Una Nueva Agrupación Socialista. Entrevista sobre Alfredo Palacios a Ricardo Romero

Entrevista a Ricardo Romero

Una nueva agrupación socialista

Por Leandro Hernán Maccarone *


Es licenciado en Ciencias Políticas, referente de la corriente Unidad Socialista del PS y miembro fundador de la Red Socialista Alfredo Palacios, un reciente emprendimiento que intenta vincular, en el ámbito porteño, a las diferentes corrientes del partido.



En un momento en el cual la figura de los políticos se encuentra altamente relacionada con la corrupción, un grupo de socialistas armó la Red Alfredo Palacios que integran, además de Ricardo Romero, el diputado socialista, Ariel Basteiro; el secretario de Relaciones Parlamentarias del Gobierno, Oscar González, entre otros que destacan el legado que dejó una de las figuras más recordadas del Partido Socialista (PS).

¿De qué se trata esta agrupación?

Es un espacio que nosotros en la ciudad de Buenos Aires, en el ámbito del partido socialista, comenzamos a conformar en un intento de corriente interna. Como se han adelantado las elecciones y no nos han dado un proceso para constituirla según sus estatutos, en principio por ahora solamente es una red que articula diferentes expresiones políticas dentro del Partido Socialista, incluso fuera de ella, que intenta reivindicar todo un proceso y un legado histórico dentro del partido que es la figura de Alfredo Palacios.

¿Por qué lo eligieron a él?

Porque justamente hoy el Partido Socialista está en un debate interno sobre el apoderamiento de un sello y respecto de aquellos que llevamos una propuesta política distinta. Hay quienes a través de las expulsiones o de intervenciones, como han sido la situación de Basteiro o de González han quedado afuera del padrón electoral partidario de la ciudad.

¿Cuál es el eje distintivo a través del cual se establece la identificación con Alfredo Palacios?

Una situación que marca Alfredo Palacios es que gran parte de su vida estuvo fuera del Partido Socialista. Le costó mucho afiliarse. No era una persona que quería hacerlo directamente. Y constantemente tenía planteos políticos por los cuales en el interior del partido tenía circunstancias que lo llevaron a un largo derrotero de actuar por fuera del partido aunque por dentro también. De todos modos hoy ninguno duda de su perfil socialista. Creemos que el socialismo va más allá del partido.

¿Palacios es fue el legislador más importante del siglo XX?

Si, de toda América Latina, por distintas razones: principalmente fue el primer legislador socialista del continente, tuvo la capacidad de ser como un bloque, siendo uno solo dentro de más de cien legisladores que tenía en ese momento la cámara, marca una posición, lleva adelante proyectos muy importantes que luego son retomados constantemente entre los derechos de la mujer, de la niñez, de los ancianos, de la pobreza, de los trabajadores y hoy es indiscutiblemente uno de los legisladores más importantes. Lo reconocen todos los bloques políticos. Ese es un poco el legado que intentamos nosotros también recuperar como proyecto político.

¿La sociedad recuerda su figura?

Lo reconocen en cierta medida como una identidad, como uno de los diputados de la historia argentina. Cualquiera que dice cuáles son las figuras del peronismo, dice Evita y Juan Domingo Perón, en el radicalismo Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen y del socialismo, Juan Baustita Justo y Alfredo Palacios. Yo creo que cualquier argentino que ve las identidades y pluralidades reivindica su figura, con aciertos principalmente y errores que también los tuvo.

¿Qué avances en política se destacan de Palacios?

Él en política marcó mucho una crítica al interior del partido que era no solamente quedarse en el obrerismo o en el marxismo férreo. Él era totalmente humanista, no era marxista.

¿Hay algún libro de su autoría que no puede dejar de leerse?

“La fatiga” y luego “El nuevo derecho”. Él busca, por ejemplo, en los procesos fisiológicos del ser humano, cómo deterioraba al hombre los procesos productivos, y proponía una legislación concreta, inmediata, para mejorar las prácticas. Hoy como veríamos los cambios entre el fordismo y el toyotismo, algo moderno, él lo estaba viendo en sus investigaciones. Son textos que son baluartes dentro del derecho laboral y social. Hay otro libro que él escribe al final de su vida en el que recorre Cuba y hace todo un informe sobre la Revolución Cubana y especialmente sobre las políticas en América Latina y considera la reforma agraria como necesaria para el continente como así también describe lo que vive allá. Poco tiempo después fallece. Creo que esos son textos que no se pueden dejar de leer al estudiar a Palacios.

Él le daba mucha importancia a la educación

Si, el discurso hacia los jóvenes era constante en él. De hecho estuvo presente en la reforma universitaria en 1918. En ese momento estaba como profesor de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, después va a ser Decano en la Facultad de Derecho, luego presidente de la Universidad de La Plata. Él hablaba de la virtud de la Universidad. Hay textos sobre el rol que tiene la Universidad en la construcción de la identidad popular, para la construcción de un proyecto de sociedad, para una integración cultural latinoamericana. Hay otro libro que escribe y que analiza la raza, lo que llamaba “hispamérica”: la necesidad del intercambio de culturas desde la Universidad. Marcaba como algo muy importante a la educación y su recorrido a lo largo de América Latina hacía que se produzcan luego las reformas en otros países, porque después él va a Perú, pasa también por Chile y es en esos lugares donde la reforma universitaria iba cambiando al paso de Alfredo Palacios.

¿Fue gracias al sistema uninominal que llegó a su cargo como legislador?

Algunos reivindican al sistema uninominal porque dicen que Palacios entró en 1903 con ese sistema, pero la realidad es que el Partido Socialista tenía una fuerte presencia en la Ciudad de Buenos Aires y hubiese tenido tres o cuatro legisladores en esa oportunidad. El sistema uninominal hizo que entre uno solo. Llegó por el barrio de la Boca y fue como un proceso de acompañamiento institucional.

¿Tenía alguna figura a seguir?

Él tenía una fuerte admiración por Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. Incluso cuando vos entrás a la casa, en la fundación Palacios, ves los textos en la biblioteca con todos los libros subrayados en verde, porque a él le gustaba subrayar con ese color los textos y las obras completas de ellos dos que son las bases constitucionales y republicanas.

¿Cómo influenciaron en él esos dos próceres?

Después de su investigación político-cultural sobre el derecho laboral, que tenía una fuerte formación humanista, lo cual lo va a llevar a defender fuertemente la política republicana, no va a ser casual que esté por 1940, dentro del bloque que propiciaba la defensa de la República.

¿Cómo era la relación de Perón con Palacios?

La relación que él tiene hay que retrotraerla hacia casi finales de los años 30, donde el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) aparece como una situación que atacaba a la institución y Palacios fue fuertemente perseguido a tal punto que tuvo que exiliarse en Uruguay, pasar una situación de persecución fuerte y obviamente su defensa de la República hace que se vea al frente de la Unión Democrática como un frente popular casi como se había dado en Europa. Perón desde 1953 en adelante tiene una mirada hacia la oposición que genera una restricción de la voz de Palacios en ese período. Él no era diputado, y de hecho, el partido socialista no logró diputados a lo largo del peronismo. Entonces se puede comprender esa relación fuerte, más allá de que el mismo Perón le ofreció ser vicepresidente a Palacios y él se negó diciendo que no podía aceptar esa propuesta por las características de quien acompañaba al General.

En varios libros se puede leer cómo Palacios estaba obligado a renunciar del Partido Socialista por haber aceptado alzarse en armas

Esa es la historia oficial del partido. Lo cierto es que hay una discusión interna sobre la política partidaria que debe llevar adelante el partido socialista, entre construir un socialismo de raigambre nacional o una visión latinoamericanista, seguir con la estrategia de construcción que venía llevando la Social Democracia europea hacia Latinoamérica. Esa perspectiva europea que tenía el socialismo en esa época, hacía que siempre Palacios tuviera una visión díscola dentro del partido, entonces renuncia al bloque. Él estuvo desde 1903 hasta 1908 solo en la cámara, no logra ser reelegido y en este último año vuelve con un gran bloque del que formaban parte Nicolás Repeto, Justo y otros que instalan esta discusión además estratégica. Obviamente todos los socialistas son buenos en el interior, a Palacios lo echan porque era un mosquetero bohemio que no se disciplinaba.

Hay un momento muy recordado en el que Palacios denuncia a frigoríficos ingleses, en el mismo momento en el que sale a la luz la venta de tierras en Palomar

Esos son años tristes en lo que fue el proceso de la década infame y de negocios que tenía el gobierno en ese momento. En ese entonces él ya había vuelto al partido, en 1915 es expulsado, intenta ser diputado y no lo logra, se dedica a lo académico hasta el 30 y en ese año, cuando fallece Justo, Palacios vuelve como senador. Se recuerda más que nada a Lisandro de la Torre como uno de los baluartes de lo que fue la década y algunas de las acciones que hace Palacios como la denuncia como senador sobre estos negociados al gobierno, puntualmente tuvieron repercusión dentro de la historia Argentina.

Palacios tenía características que no lo hacían pasar desapercibido en ningún lado

Él se llamaba un bohemio. Comentaba que le gustaba la bohemia, la cultura, siempre estuvo como el tipo separado. Cuando entrás a la casa, en la fundación están las espadas, las pecheras y los protectores para hacer esgrima. Venía a defender la cultura “hispanoamericana”, como llamaba él, y en eso vivirla a pleno. Defendió desde el principio de su juventud hasta su muerte la posibilidad de darse una identidad libre, como esa característica, y desde ahí lo reivindicaron.

La casa en la que él vivió se convirtió en su Fundación

Si, allí hay mucha cultura. Palacios dejó una fundación formidable con más de 4000 tomos, que muestra el cerebro que era Palacios y la admiración académica y también cultural que uno puede tener sobre él.



*Estudiante de periodismo, Escuela ETER.

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